domingo, 6 de julio de 2008

La Sinclair 2068!!!!

La Sinclair 2068!!!!, eso fue lo que grite con alegria al leer un post en el blog de Mario.
Y no pude evitar recordar cuanto adore mi primer computadora, que fue exactamente una sinclair 2068, en el año 84. Como todo chico en un comienzo la usaba para jugar, y amaba y amo esos juego. Hace unos años habia conseguido un emulador donde jugar esos viejos juegos, y la verdad que eran simples pero entretenidos, con esto no quiero decir que los juegos actuales no me gusten, porque estaria mintiendo, ya que soy una adicta a los video juegos.
Tambien logre programar alguna que otra cosa en la Sinclair, cosas sencillas aprendidas en el curso de BASIC, al que asistia.
El año pasado iba caminando por Liniers y en alguna de las calles que cortan Av Rivadavia vi en una vidriera, que parecia el museo del electronico, una Sinclair 2068, pero claro que no estaba a la venta, sino la compraba...

Metrópolis, increíble noticia!

Este es un hallazgo increíble, sobre una de las películas mas fascinantes de la historia del cine.

Aca les dejo la nota.

fuente: Clarin

suplemento de espectaculos


CINE: ENTREVISTA A PAULA FELIX-DIDIER, DIRECTORA DEL MUSEO DEL CINE

"En Alemania no nos creían"

El hallazgo local de una versión con 25 minutos más de "Metrópolis", de Fritz Lang, sacudió al mundo de la cultura.

La noticia, que se expandió por el mundo, parecía -al principio- la sinopsis de una ficción nacional; casi un chiste. Veamos: una versión completa de Metrópolis (1927), clásico mudo de Fritz Lang, obra capital del cine de todos los tiempos, ya dada por perdida en su versión original, apareció en Buenos Aires. Sí: exactamente en el Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken, tras una investigación a mera pasión de su directora, Paula Félix- Didier, y de Fernando Martín Peña, ex director del BAFICI. En Europa, al comienzo, no les creyeron. Casi sin voz, Félix Didier, le explicó a Clarín cómo aquella incredulidad se transformó en constatación de milagro.

"Lo que encontramos fue un negativo en 16 mm de la película entera. Es una reducción de la versión en 35 mm que se estrenó en 1928 en Buenos Aires. La particularidad es que acá se proyectó la versión alemana, la completa, mientras que en casi todo el mundo se dio una versión de una distribuidora norteamericana, con cerca de 40 minutos menos. En la copia que tenemos se pueden ver dos secuencias, muchísimas escenas e incluso planos que faltaban en la versión restaurada que se lanzó, tras un trabajo muy minucioso, en 2001 o 2002. En aquel entonces se creía que era la versión definitiva.



¿Qué secuencias o escenas se suman a aquella versión restaurada?

Los tres personajes que más ganan son Josaphat, El Hombre Delgado y 11811. (Los dos primeros son ayudantes de Joh Fredersen, dueño de la ciudad futurista y explotador; el otro, un obrero que cambia su identidad con Freder, hijo de Fredersen, para que éste pueda bajar al mundo subterráneo, de trabajadores alienados, a ver a María, una operaria). Pero lo que más impresionó en Alemania es un plano que termina de explicar el odio que siente Rotwang (el inventor) por Fredersen. Completa la escena en que Fredersen ve la cabeza gigante de Hel, la mujer que él y Rotwang se disputaron, y a la que Rotwang quiere devolverle la vida.



¿En qué estado está el material y dónde se va a hacer la restauración?

La copia está muy baqueteada, con manchas y rayas. Otro problema es el formato. En 1928, en la Argentina se proyectó una copia positiva, en 35 mm, hasta que se la destruyó por el peligro que implicaba el nitrato. Por suerte fue pasada a 16 mm; lo ideal hubiera sido a 35, pero el proceso era muy costoso. La restauración, que va a ser hecha por la Fundación Murnau, será sobre negativos en 16 mm: a pesar de los avances digitales, la calidad de proyección no será la misma.

¿Qué camino fue siguiendo esta copia completa en la Argentina?

La tuvo el coleccionista Manuel Peña Rodríguez hasta que, enfermo de cáncer, le pasó el material al Fondo Nacional de las Artes. El Fondo hizo la reducción a 16 mm a comienzos de los setenta y se la quedó como parte de la colección Peña Rodríguez. En 1986, Salvador Samaritano le contó a Fernando Martín Peña que en una función de Metrópolis en Cine Club Núcleo se había roto una ventanita de la sala de proyecciones y que la había tenido que sostener "más de dos horas". Por la duración, Peña supuso que podía ser la versión completa. En el '92, la colección Peña Rodríguez pasó al Museo del Cine. Cuando asumí, en enero, le propuse a Peña investigar juntos.

¿Cómo reaccionaron ante el hallazgo?

En realidad, no es un hallazgo. La película estaba. Simplemente era muy difícil saber si era el original o una de las tantas copias que circularon en 16 mm y en Súper 8. Hasta que, a partir del trabajo de investigación y restauración, salió a la luz que era la versión completa. En Alemania lo tomaron como el hallazgo del Santo Grial, y hay que reconocer que el material es muy valioso, uno de los más buscados en la historia del cine. Pero te soy sincera: nuestra tarea es recuperar y preservar filmes, y me siento más feliz y orgullosa de haber encontrado tres películas argentinas que se creían perdidas.



¿Qué reacción hubo en Alemania?

Cuando les contamos no nos creían: llevaban décadas recibiendo llamados parecidos. Además, de Buenos Aires... Hasta que Fernando Peña viajó a España con una copia en VHS y se la mostró a un especialista, Luciano Berriatuba, quien llamó a la Fundación Murnau y a Martin Koeber, restaurador de la versión que se creía definitiva. Recién entonces comprendieron que era verdad. La semana pasada estuve en Alemania y puede comprobar el asombro que tenían.